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En el avance espiritual, más en concreto en la mística (que es la búsqueda de relación directa con Dios) en la tradición judía, cruztiana y musulmana se da un fenómeno llamado La Noche Oscura del Alma.

Se trata de, o se suele describir como, una crisis enorme que pone la fe de la persona patas arriba.

La iconografía católica lo ha dibujado como algo terrible, un horrible desierto o infierno a traspasar para llegar a la iluminación, a la experiencia o presencia directa de Dios.

Pero, curiosamente, ese fenómeno no se da en algunas tradiciones espirituales diferentes, eminentemente en las orientales, en las impersonalistas, en las que no hablan de un dios antropomorfo.

¿Qué es, en qué radica y por qué se da La Noche Oscura del Alma?

¿Cómo se evita o cómo se supera?

 

En los místicos de la cruztiandad (también en el Judaísmo y en el Islam) se da un fenómeno que no aparece en los místicos de Oriente: La Noche Oscura Del Alma.

En su búsqueda (léase investigación) y acercamiento a Dios, los místicos punteros cruztianos (y judíos, y musulmanes) caen en una profunda y terrible crisis. Se la llama La Noche Oscura Del Alma.

Curiosamente, como indicaba antes, dicha crisis no se da en los místicos de Oriente. 

¿Por qué?

Porque solo los cándidos místicos derivados del Judaísmo creen en un Dios antropomorfo.

El despiste viene de la frase bíblica Dios lo creó a su imagen y semejanza (Génesis 1, 27; Génesis 5, 1 y Génesis 9, 6).

Puede que dicha expresión quiera indicar que los seres humanos tenemos con(s)ciencia, conocimiento del bien y del mal, capacidad de ponernos en el lugar del otro y podemos elegir. Pero, evidentemente, Dios ni es humano ni tiene dicha forma. Dicha forma le impondría las limitaciones humanas y no podría tener los atributos de ubicuidad, eternidad, atemporalidad, omnipotencia, luminosidad, calor...

La parte de deidad de que disponemos los humanos (y que se distinga de la de los demás animales) se limita a ser capaces de decidir nuestro camino. A poder ser conscientes del mismo.

Y para concluír esto, no solo basta con fijarse en los místicos de Oriente, sino también en los místicos occidentales que sí han pasado la susodicha Noche.

Tomemos un buen ejemplo.

Francesco De Assisi* también tuvo su gran crisis. Y tras semanas (o meses) de angustia, llegó a la conclusión que lo sacó de la misma. No conocemos demasiados detalles de esa conmoción, pero sabemos que lo sumió en un estado de depresión profunda. Y prolongada.

Curiosamente la frase, el mantra que lo hizo salir de este estado fue ¡Dios es!. Con la variante de ¡Dios es y basta! Y la de ¡Mi Dios y mi Todo!

Y si no fue(ron) la(s) frase(s) que lo hizo (hicieron) salir, al menos fue(ron) la(s) que él proclamaba con alegría y felicidad una vez que salió del pozo, de su Noche Oscura Del Alma.

Aunque no fuera la herramienta que lo permitió salir de la crisis, es su conclusión, la que resume la solución, la que nos revela la salida.

Algo importante debe reflejar dicha frase.

El dato de que los místicos orientales no sufren dicha crisis y estas frases de Francisco De Asís (sobre todo la última), nos dejan bastante claro que la crisis se debe, precisamente, a que los creyentes acostumbrados a una imagen antropomórfica de Dios, sea el Dios De Los Ejércitos (Yahvé Sebaot o Jehová Sebaot creo que se transcribe), sea el Dios Padre Todopoderoso o Dios Padre Todoamoroso, o sea el Dios Madre Todoamorosa (que prefería Francesco), han de abandonar dicha imagen de Dios en cuanto se aproximan a él/ella, pues no es eso lo que descubren, sino un Dios impersonal, no antropomorfo, no concreto, no figurativo, sino abstracto, sin rostro.

Y un Dios que no es ni bueno (ni malo), pues lo es TODO. Es El Que Es (Éxodo 3, 14).

Francesco no ha afirmado Dios es bueno ni Dios es amor.

No, él es TODO.

Eso desorienta profundamente a quien busca un Dios de amor, que espera recibir su amor, su favor, su apoyo, a quien le pide favores y los trapichea o negocia con él. O lo intenta.

Francisco De Asís prefería llamar Madre a Dios y parece que la consideraba femenina. Su experiencia personal con su padre no fue muy buena, con su madre, por el contrario, fue magnífica. Y eso lo marcó. Hasta en su forma de ver al Supremo Ser.

Jesús, por el contrario, nunca conoció a su verdadero padre y conservó una fijación con esa figura que lo llevó a afirmar que no tenemos más Padre que el de los cielos: solo debemos lamar padre a Dios (Mt 23, 9).

También Francesco tuvo que abandonar dicha imagen según iba profundizando en la experiencia con el Uno. Dios está en los Padres, y en la Madres, pero no es completamente, únicamente, ni lo uno ni lo otro.

A la mayor parte de teólogos les gusta dejar en la incógnita lo que llevó a Francisco De Asís a esa crisis y el sentido de esta solución a la crisis, meramente porque no llegan a conocer la causa. Y menos a entender su proceso interno.

¡Dios es!

¡Dios es y basta!

¡Mi Dios y mi Todo!

Francisco De Asís solo consigue superar las dudas que lo corroen cuando abandona la búsqueda de un Dios Madre y se limita a aceptar a Dios como es, tan diferente a nuestras imágenes mentales limitadas y limitadoras.

En realidad, acaba de descubrir que no solo había visto, oído, tocado, olido, gustado, sentido a Dios, sino que no había visto, oído, tocado, olido, gustado, sentido nada más, nunca.

Pero, claro, para llegar a esa crisis hace falta una aproximación suficiente a lo divino como para poder constatar que la imagen previa no se corresponde a la realidad. Por eso pocas personas llegan a entender La Noche Oscura Del Alma y, menos aún, a resolverla.

Los estudiosos de Francisco De Asís tampoco suelen entender la reacción de Francesco cuando vuelto a su comunidad en una fecha señalada descubre a sus hermanos comiendo carne para festejar.

Él tenía muy claro lo siguiente: los animales son mis amigos, y yo a mis amigos no los mato y me los como***. Por eso, preso de ira interna, pero decidido a actuar sin atacar a nadie y con una cierta ironía, tomó el cocido con la cuchara y se puso a untar las paredes de la estancia con el mismo, diciendo: Efectivamente, hoy es un gran día, un día tan importante que hasta las paredes deben comer carne.

Quizá, precisamente, con ese gesto, Francesco buscaba ahorrarles a sus hermanos el poderse regalar con el sabroso estofado, tan antiético para él.

Pero, es que muy pocos llegan a una aproximación suficiente a La Unidad como para poder vivir y, sobre todo, entender estas crisis y estas opciones. Desde luego, la mayor parte de los seguidores de Francesco D'Assisi, no le llegaron a la altura del talón, como la mayor parte de los apéstoles**** no entendieron en absoluto a Cristo, por lo que reflejan los Evangelios y los libros que lo siguen. Y a quienes lo comprendieron mejor y lo quisieron seguir de verdad, los marginaron. Fueron los otros, los sedientos de poder, quienes se hicieron con el monopolio del cruztianismo (inicialmente piscianismo) y lo encauzaron por las vías en las que lo hemos conocido: las de la perversión y prostitución del mensaje de Cristo.

Fijaos en cómo está integrado en Oriente eso de que Dios lo es todo, que Mohandas Karamchand Gandhi, aparte de afirmar cosas como:

- Para quienes tienen fe, Dios simplemente es. Para todos, es todo lo que es. Está en nosotros y más allá.

- Dios no está ni en el cielo ni en el infierno, sino en cada un@ de nosotr@s.

- Dios no llevó la cruz hace 1900 años, una vez y para siempre. Todavía hoy, dia tras días, muere y resucita... No prediquéis al Dios de una época, sino al que vive hay en vosotr@s.

- Dios no es una persona... Es la fuerza misma, la esencia de la vida.

- Para descubrir esa fuerza viva que llamamos Dios, conviene buscarlo en nós.

- Para buscar a Dios no hay necesidad de organizar peregrinaciones, de encender lámparas de quemar incienso o de besar la imagen divina. Él está en el fondo de nuestros corazones.

- Según la filosofía hindú solo Dios posee el Ser y nada existe fuera de Él.

También afirma (y se ve que hay una cierta desinformación en ello) que para el Islám es lo mismo, que para dicha fe solo Dios existe, que no existe nada más.

Considero que está reflejando el punto de vista de los musulmanes próximos a él, que están imbuídos del conocimiento hindú que se expresa en sus frases anteriores. No el del resto de musulmanes para los cuales Allah es el único Dios y Mahoma es su profeta. Los musulmanes al uso no se atreverían a incluírse en Dios, lo toman como un ser separado, como más arriba afirmamos.

Pero no es exclusiva de Gandhi.

Leamos a Anandamayi Ma:

- La sola cosa que podemos hacer es abrir los ojos y VerLo tanto en el bien como en el mal, en la felicidad y en la dedicha, en el gozo y en la tristeza, incluso, en la muerte.

- No hay una sola pulgada de tierra donde no esté Dios.

- La verdadera felicidad no existe más que en la vida espiritual. El solo medio de experimentarla es comprender qué es el Universo. Debemos reorientar nuesta consciencia para descubrir que el cosmos entero es divino.

Y añadamos una reveladora frase de Osho:

- Es por la búsqueda que usted no consigue verla. La divinidad no es un objetivo, es aquí y ahora. Es esto la divinidad.

La gente occidental que ha bebido de fuentes orientales coincide en este sentido, como Baruch Spinoza:

- Todo lo que es, es en Dios, y nada no puede, sin Dios, ni ser, ni siquiera ser concebido.

Y su discípulo Albert Einstein apunta en el mismo sentido:

- Creo en el Dios de Spinoza que se revela en la armonía todo lo que existe, pero no en un Dios que se preocupe del destino y de los actos humanos.

La Noche Oscura Del Alma acontece en todas las religiones derivadas del judaísmo. No en las de Oriente, pues allí saben que Dios no está hecho a nuestra imagen y semejanza.

En Oriente no han perdido la profunda intuición o el conocimiento de qué es Dios. No se despistan con dibujos o frases que lo representan con forma humana. Lo reflejan perfectamente en su concepto de Brahman.

Por eso, cuando estamos desorientad@s o perdid@s, a conseguir saber dónde estamos o por dónde tenemos que retomar el camino lo denominamos orientarnos.

Oriente sabe muchas cosas, intuitivamente, algunas que la Ciencia aún no ha descubierto.

Supo, mucho antes que Georges Lamaître y Edwin Hubble que el Universo se expande.

Y que se contrae cíclicamente. Eso todavía la Ciencia occidental no lo sabe.

Se suele decir que Dios está en todas partes. Pongamos que esto es verdad. Partamos de esa premisa. Y veamos dónde nos lleva.

¿Qué es lo que en nuestro Universo conocido podemos encontrar en todas partes?

Hay solo una realidad que cumple esa premisa: La energía.

¿Podemos concluir que Dios es Energía**?

¡Hagámoslo!

Pero… ¿Toda la energía?

¿O solo un tipo de energía?

Si lo limitamos a uno o a diversos tipos de energía, le estamos restringiendo su área de operaciones. Luego, si está en todas partes, Dios es toda la Energía, no una mera parte de ella.

Y como sabemos que la materia es también una manifestación de la energía, es decir, la materia es también energía, la materia también es Dios.

Dios es Energía, y la Energía (luego también la materia) es Dios.

¿Y lo de que Dios es bueno?

Pues tenemos que escoger: o identificamos a Dios con la energía que hace el bien, o está en todas partes. Ambas cosas no son posibles a la vez.

¿Y si Dios es ajeno al mal y al bien?

¿Y si Dios simplemente ES? Como afirmaba Francisco De Asís.

O como lo afirma Moisés en Éxodo 3, 14.

¿Y si somos los seres humanos quienes lo hemos pintado del color que nos gusta?

La verdad es que el ser humano no está hecho a la imagen y semejanza de Dios sino que Dios (al menos el de los judíos, cruztianos y musulmanes y más aún los múltiples dioses grecorromanos y otros muchos) está(n) creado(s) a nuestra imagen y semejanza, a nuestra medida, para justificar lo que queremos y queramos justificar, lo que toque justificar. Lo que nos interese justificar.

Y no tenemos más que recordar cómo nos encanta inventar dioses y semidioses, distintos Olimpos y Elíseos, que hoy en día denominamos superhéroes (libros, cómics, pelis). Casi todos antropoamorfos. El poder nos chifla. Con esa mentalidad el Dios que nos inventamos a nuestra imagen y semejanza es otro superhéroe más.

También los extraterrestres que nos imaginamos, con los que fantaseamos, son superpoderosos, (semi)dioses, cuando lo más probable es que toda la vida que encontremos en el Universo sea más similar a la bacteriana.

Todos ellos son más que infantiles proyecciones de nuestros propios deseos.

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PS. No creo que Teresa De Ávila pueda ser tildada de mala católica, este grupo de gente, precisamente, la tiene en alta estima. Y es curiosa una frase que nos llega de ella tras haber pasado ella su Noche Oscura Del Alma:

Darse del todo al Todo, sin hacernos partes.

Dios es TODO.

No hay más que DIOS.

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* Para mí el ser humano del que constancia tengamos que llegara en vida a una fusión más profunda con el Todo, de hecho, considero que es el único cristiano que ha existido, los demás ni intentaron seguir a Jesús De Nazaret (que es lo que, desde mi definición, significa cristiano) o lo hicieron por el camino incorrecto.

** Además, si Dios es energía, se da el detalle que la luz es la manifestación más pura de energía que podemos percibir (y Dios y sus manifestaciones se suelen representar como una luz muy intensa) y, para la luz, curiosamente, el tiempo no pasa. Las fórmulas de la Relatividad dejan claro que para cualquiera o cualquier cosa que viaje a la velocidad de la luz, el tiempo no existe. Para Dios el tiempo no existe, está en todas partes... ¡A la vez! Y, por eso mismo, es eterno.

*** No tenía, sin embargo reparos, en pescar, pues el alquiler de su terreno lo pagaba mediante peces. Tal vez en esto también siguió el ejemplo de Cristo que nos cuenta la Biblia. El problema es que las dos únicas veces en que se lo ve cocinando o comiendo pescado no fueron más que después de su supuesta y falsa resurrección (Lc 24, 43; Jn 21, 9-13).

****Estoy convencido de que el apóstol que mejor entendió a Cristo, de hecho su único apóstol, fue María De Magdala, pero el misoginismo de Simón Pedro (el zelota, sí era él, no hubo otro Simón, al inventarse otro Simón que nunca más aparece en la vida y hechos de Jesús perpretaba la doble jugada de quitarse de encima el título de terrorista antirromano y antialiado de los romanos y, de paso, quitaba de enmedio a Magdalena, que sí había entendido el mensaje de Cristo, mientras que Pedro y Juan en absoluto y menos aún Pablo que ni siquiera conoció a Jesús y se montó una religión idealista alejada del mundo y centrada no en la ética sino en el ritualismo). Por eso lo de apéstoles. No se merecen el título de seguidores de Jesús pues no lo fueron en absoluto.

Gerttz